Antonio Pasquali, un legado
Por Eduardo Orozco
Por Eduardo Orozco
Como esas estrellas que iluminan la noche, que se apagaron en algún momento, pero que en su viaje en el tiempo todavía brillan, así quiero recordar a Antonio Pasquali, un amigo, un corazón abierto, solidario, una mente inquieta, una memoria de HD.
Esa luz se quedó como referencia y guía en nuestro camino, siempre vigente y vigilante. Su hilo de voz de los últimos años resuena con fuerza entre quienes tuvimos el privilegio de escucharlo y leerlo. De disfrutar sus clases en la UCV, sus intervenciones en las convenciones del CNP, sus conferencias entre periodistas y comunicadores.
Desde Comunicación y cultura de masas, el Proyecto RATELVE. Diseño para una nueva política de radiodifusión del Estado venezolano (1974), Comprender la comunicación, La comunicación cercenada, El Orden reina, Bienvenido Global Village,
y tantos otros libros, análisis y artículos siempre colocó el fenómeno de la comunicación como un derecho libre y plural, por encima del factor instrumental de los medios y otros factores manipuladores desde el poder económico, que comercializan la banalidad o el poder político controlador.
Nunca dejó de insistir en la importancia de una plataforma de medios de servicio público, como una BBC o una DW con palmeras, no gubernamental ni comercial. No se cansó de repetir que no se puede suplantar el fenómeno antropológico de la comunicación por el espacio de los medios, ya que se trata de una ‘aberrante reducción’.
La Academia está de luto. Pasquali desarrolló en la Universidad Central de Venezuela, toda su actividad académica. Ejerció como profesor en la escuela de Filosofía, director de la escuela de Letras, fundador del departamento de Audiovisual de la escuela de Periodismo y del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco).
El catedrático también realizó un doctorado en filosofía en la Universidad de París, y diversos cursos de especialización en las universidades de Cambridge, Oxford y París.
A nuestro gremio periodístico lo acompañó siempre, no solo orientándonos con sus conferencias y participando en nuestros debates, sino en la primera fila de las jornadas por la aprobación de la Ley de Ejercicio. Estuvo en el Congreso Nacional, en la Comisión de Cultura, argumentando sobre la importancia de la existencia de un Colegio y una profesión protegida por una Ley que, además, defendiera la libertad de expresión y el derecho a la información.
No solo para los venezolanos, sino también para los latinoamericanos e intelectuales de todo el mundo, Pasquali es una referencia y un ejemplo.
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